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Colapinto nunca pasa inadvertido en la Fórmula 1: las lecciones que le dejó el extenuante GP de Singapur para alimentar su sueño de seguir entre los mejores

Sabía Franco Colapinto que en el Gran Premio de Singapur tendría el desafío más exigente desde su llegada a la Fórmula 1. El difícil trazado del circuito callejero de Marina Bay combinado con la oscuridad de una prueba nocturna y el sofocante calor y la altísima humedad prometían ponerlo a prueba, en apenas su tercera carrera en la categoría reina. Así fue, pero el argentino aprobó el examen -el más difícil de su vida, como dijo James Vowles, jefe de Williams– y volvió a dar que hablar con otra actuación que alimentó la ilusión de que el sueño del Gran Circo no se termine este año para él.

Se quedó con las ganas de ponerle el broche de oro, porque tras largar 12°, cruzó la meta en 11° lugar y finalizó a un puesto de los puntos. A algo más de un segundo y medio, que fue el tiempo que lo separó de Sergio Pérez, el vigente subcampeón de Red Bull que fue décimo y con quien corrió mano a mano las 62 vueltas. Igual, ni él ni su equipo le quitaron mérito al gran trabajo que hizo en pista.

“Me da bronca no haber sumado pero haber llegado cerca de los puntos es positivo. Fue una carrera muy, muy dura. Sin Safety Car, toda la carrera empujando. Estoy feliz con haber terminado. Fue una buena primera vez acá en Singapur. Y sirve para la experiencia”, afirmó Franco.

Y, con el desparpajo que lo caracteriza, hasta se animó a cuestionar la estrategia del equipo, que lo hizo entrar a boxes recién en la vuelta 30.

“Hice lo mejor que pude. Creo que lo que tuve dentro de mi control lo hice bien. Pero me pararon muy tarde y me pasó Pérez. Fue una decisión del equipo, no es algo que pueda controlar. Y salió mal. Hay que hablarlo para que no suceda otra vez porque es muy complicado estar en esa posición y cuando estamos ahí hay que defenderla bien», reflexionó.

«Si no paraba en ese momento, Checo no me hubiera pasado. Creo que lo podría haber aguantado. Hulkenberg también tenía un poco menos de ritmo que yo. Me costó mucho la carrera, pero creo que podría haber llegado en los puntos, si hubiéramos elegido bien estratégicamente el momento de ingresar a boxes”, agregó mientras seguía intentando recuperarse tras esa hora y 40 minutos arriba del coche.

Colapinto se bajó del auto exhausto. Llegó al box de Williams con el cansancio reflejado en el rostro, limpiándose la transpiración con una toalla y con el chaleco de hielo puesto, testimonio de que la prueba en el circuito asiático había sido durísima.

Bastó que el semáforo se pusiera verde para que todos empezaran a hablar de Franco. Es que inmediatamente después de la largada, un par de errores de Carlos Sainz y su compañero Alexander Albon le despejaron la pista. Y él, con ese estilo de conducción agresivo (que sorprende en un novato) hizo una gran maniobra en la primera curva y pasó del 12° al noveno lugar. Fue un movimiento que sorprendió a todos.

“Franco casi nos lleva puestos a dos o tres. Riesgos que tomás cuando sos rookie y no sabés frenar en la curva 1. Pero no ha pasado nada”, comentó Sainz, con una sonrisa. Albon, quien había reclamado por radio la actitud de Colapinto, reconoció después: “Creo que la maniobra estuvo bien. Cualquiera en su posición habría hecho lo mismo. No creo que haya tenido mala intención”.

Lo que vino después de esa increíble largada, fue una carrera prolija y muy madura de Colapinto. Es que mientras su compañero abandonaba por un problema en la refrigeración de su coche, el argentino le mostró al mundo que el asiento en la F1 no le queda grande.

Durante la primera mitad aguantó muy bien la presión de Pérez, que había quedado décimo, detrás de él, y lo siguió muy de cerca siempre. «Venía apretando con Checo atrás. Después cuando me empecé a cansar, empecé a estar un poco más al límite y más complicado con estar cerca de las paredes porque era más fácil cometer un error», reconoció el pilarense, que igual se mantuvo delante del de Red Bull.

En un momento, el mexicano -ganador en este circuito en 2022- le dijo a su equipo: “Es muy bueno Colapinto, difícil de pasar”.

Checo es un pilotazo. Un capo. Lo admiro mucho. Lo veía de muy chico en casa y ahora estar peleando y corriendo contra él es muy lindo. Y no me podía pasar porque estamos en Singapur, en otra pista me habría pasado ”, dijo Franco cuando se enteró más tarde del elogio del de Red Bull.

La entrada a boxes -tardía, según el análisis del argentino- le hizo perder el lugar en el top 10 y lo dejó detrás de Pérez. Igual Franco no aflojó. Cansado y con dolor de estómago (dijo que el líquido que tomaba para mantenerse hidratado, demasiado caliente y con mucha azúcar, le había caído mal), logró mantener el mismo ritmo que el mexicano y que otros experimentados rivales, como Nico Hulkenberg y Fernando Alonso, de los que lo separaban en la segunda mitad de la carrera apenas 3 segundos.

Cuando promediaba la prueba y había perdido ese lugar entre los diez primeros, desde boxes le decía que siguiera tranquilo, que se hidratara, que respirara y cuidara los neumáticos. Él hizo caso y así logró mantenerse con chances de puntear hasta el cierre de la noche.

Y aunque finalmente, la posibilidad de volver a sumar, como había hecho en Bakú, donde fue octavo, se esfumó cuando tuvo que dejar pasar al líder Lando Norris, a cuatro giros del final, el argentino se fue con un una sonrisa.

“No me sentía bien para luchar, pero vamos a seguir construyendo”, comentó. «Con las gomas medias tenía muy buen ritmo, me parecía que iba para adelante. Después, con las duras, me empecé a cansar mucho. Creo que estaba más al límite yo que la máquina. Pero mantuve el ritmo con Red Bull, con Haas y Aston. Así que es muy prometedor».

“Franco, hiciste una carrera fantástica. Esta es una de las pruebas más duras y estuviste allí, a un segundo de los puntos. Ganamos juntos, perdemos juntos. Creo que teníamos un coche para ganar puntos este fin de semana si hacíamos las cosas bien. Pero puedo decirte una cosa, estoy realmente emocionado por estas últimas seis carreras juntos. Hay un coche rápido y mucho potencial”, le dijo Vowles en esa charla por radio que siempre comparten al final de cada Gran Premio.

Marina Bay, que en la previa se perfilaba como un circuito que podía dejar en evidencia toda su inexperiencia, terminó siendo muy positivo para Franco. Más allá de la bronca por que los puntos se le escaparon por muy poco, el argentino respondió bien a las exigencias físicas y de la carrera, no se achicó en ningún momento y volvió a cruzar la meta con el auto intacto y muy cerca de los mejores. Un balance que dejó satisfechos a todos y que suma mucho para su presente y su (posible) futuro en la Fórmula 1.

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