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Proyecto de resolución sobre la política de Pan y Rosas


Presentamos aquí el proyecto de resoluciones, elaborado en base a la discusión en la dirección nacional del PTS, que tiene el objetivo de promover el perfil político feminista socialista de Pan y Rosas, como un gran motor para organizar a centenares de nuevas compañeras trabajadoras y estudiantes, fortalecer el desarrollo de una rama nacional de militancia en los sindicatos docentes y en Salud y la ampliación y extensión de la red de agrupaciones juveniles en todo el país.

Jueves 12 de junio 08:41

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Visto:

  •  Que el movimiento de mujeres que irrumpió con la gran movilización por #NiUnaMenos, en junio de 2015, fue creciendo en capacidad de movilización hasta 2018, con la marea verde (durante la media sanción de la ley de aborto que luego fue rechazada en el Senado) y empezó a declinar en 2019.
  •  Que sin embargo, a pesar de la posterior política de pasivización del peronismo durante el gobierno de AF, la pandemia, la baja lucha de clases y la política desmovilizadora del peronismo en la oposición en estos últimos dos años, ese gran movimiento democrático sedimentó en una cierta identidad o sensiblidad feminista de amplios sectores y dejó establecida una relación de fuerzas, razón por la cual vuelve a emerger de manera episódica, especialmente los 8M, cuando hay acontecimientos que conmueven a la opinión pública o cuando hay ataques del gobierno que se pasan de esa relación de fuerzas (como ocurrió el 1F de este año, motorizado centralmente por las agrupaciones LGTBIQ+ y transfeministas).
  •  Que la opresión de las mujeres a través de su trabajo gratuito para la reproducción de la fuerza de trabajo tiene un carácter estructural que, más aún en esta etapa de crisis y decadencia capitalista, conlleva a mayores penurias y degradación de las condiciones de vida de las mujeres y de toda la familia trabajadora.
  •  Que el plan del gobierno de mayor ajuste fiscal, que impone el FMI (y ante el cual, el peronismo no tiene un proyecto de fondo verdaderamente alternativo) recae especialmente sobre las mujeres por dos vías: a) de manera directa, porque los recortes (despidos, salarios bajos, etc.) avanzan sobre los sectores en los que el empleo está altamente feminizado (Educación, Salud, Discapacidad, etc.) y b) de manera indirecta, porque el deterioro de estos servicios estatales, genera mayor necesidad del trabajo de cuidados gratuito que realizan las mujeres para suplir la falta, la precariedad o las dificultades de acceso a los mismos. Es decir, mientras aumenta el pluriempleo, la precarización, etc., al mismo tiempo, en las familias trabajadoras y de los sectores populares, se requiere más trabajo gratuito para la reproducción social por la caída del poder adquisitivo del salario o el deterioro de los sistemas públicos de Salud, Educación, Jubilaciones, Asistencia Social, etc.
  •  Que esto puso en el centro del activismo feminista y de los debates intelectuales y académicos, las discusiones relativas al trabajo gratuito de reproducción social (con diferencias y matices teóricos y programáticos), lo que para nosotres, es un contexto muy favorable que amplía el auditorio para nuestras ideas socialistas, nuestra estrategia y nuestro programa, también entre la intelectualidad y en el movimiento estudiantil, donde contamos con una importante acumulación teórica y política feminista marxista.
  •  Que, por otro lado, además de estar en el blanco del ajuste fiscal, las mujeres –como sector social- vienen de protagonizar grandes movimientos de lucha por sus derechos democráticos (por algo, también han sido el sector que en menor medida votó a Milei) y estas conquistas –que son cuestionadas permanentemente por la «batalla cultural» del gobierno- todavía perviven en el imaginario social.
  •  Que esto hace que la “política de la mujer” apunte a una cuestión estructural y, por lo tanto, no deba tratarse como algo “adicional”, de un sector del partido, sino algo fundamental que es transversal a toda nuestra intervención política, en nuestro discurso, programa, tácticas y en el desarrollo de referentes públicas.

    Y considerando:

  •  Que todas las conquistas arrancadas a la democracia capitalista son jalones que fortalecen al movimiento feminista y las grandes mayorías, en la lucha contra el capitalismo y por una sociedad socialista, liberada de todas las formas de explotación y opresión.
  •  Que defendemos los derechos y libertades democráticas desde una perspectiva de clase, no solo porque la tendencia es a que aumente la proporción de mujeres dentro de la clase obrera, socialmente mayoritaria; ni tampoco porque las trabajadoras son las que “más sufren” la explotación; sino por este aspecto estructural, para el capital, que tiene la opresión de las mujeres mediante el trabajo de reproducción social no remunerado (y que esta nueva oleada feminista volvió a poner en debate), que hace que, en los momentos de grandes crisis sociales, las mujeres de las familias trabajadoras son la vanguardia, como lo demuestra toda la experiencia histórica.
  •  Que, por todas estas razones, nos tenemos que plantear si las mujeres no podrán jugar un rol central en la lucha de clases del próximo periodo, como de hecho, ya sucede con los grandes paros docentes de PBA, Neuquen y otras provincias, la lucha del Hospital Garrahan, el movimiento de jubiladxs, etc.
  •  Que en esa perspectiva es que nos proponemos conquistar mayor peso en lugares de trabajo y de estudio, para poder superar al peronismo y la burocracia sindical en los momentos decisivos. Más concretamente, organizar -allanando los obstáculos de la dictadura patronal, el rutinarismo y corporativismo sindical y las condiciones cada vez más difíciles de la vida cotidiana- a las asalariadas de los grandes gremios feminizados de servicios, especialmente de Educación y Salud (y de todos los lugares donde exista una oportunidad política, en el resto de los servicios, algunas ramas industriales como Alimentación, las mujeres precarizadas y las mujeres sin empleo de las familias obreras), como también a la juventud.
  •  Que para desplegar esta política ofensiva, contamos con que Myriam Bregman tiene un gran reconocimiento en el movimiento de mujeres y con que Pan y Rosas se ha ganado el respeto de las corrientes políticas y colectivos feministas, por sus elaboraciones teórico-políticas, por su política de unidad en la acción, los debates y por su desarrollo internacional.
  •  Que levantar un programa para la emancipación de las mujeres, no es algo táctico, sino estratégico para un partido socialista revolucionario de la clase trabajadora. Es decir, levantar este programa y luchar por él no es una tarea exclusiva de las compañeras que asumen la responsabilidad política de PyR, ni solo de las militantes en general, sino de todo el partido y los sectores más conscientes de la clase trabajadora, a los que debemos convencer, pacientemente, de su importancia.

    Proponemos:

  •  Sostener la más amplia coordinación, para impulsar acciones progresivas de lucha, resistencia y unidad de los distintos sectores, con las organizaciones del movimiento feminista, de mujeres y la diversidad sexual, partiendo del gran punto de apoyo que significó la convocatoria a “Unir las Luchas” del pasado 4J, convocado por la Asamblea NiUnaMenos y otras organizaciones.
  •  Tener un discurso y una política hegemónica, desde y hacia las mujeres, especialmente en los sectores donde las trabajadoras son mayoría (Educación, Salud, etc.), contra las presiones “luchistas”, sindicalistas y corporativas, como también en la juventud.
  •  Impulsar comisiones de mujeres, en las organizaciones de masas, como los sindicatos y también los centros de estudiantes (secretarías de la mujer, de género, etc.) o intervenir como fracción, con iniciativas y lucha política, allí donde ya existen para que cumplan un rol ligado a la lucha de clases, la unidad de las filas obreras, el combate contra el atraso machista, etc y no sean una mera oficina asistencialista o de conmemoraciones rutinarias.
  •  También, como es nuestra tradición, impulsar comisiones de mujeres en conflictos en lugares de composición mixta o en los que solo hay trabajadores varones, para integrar a las familias obreras a la lucha, tomando en sus manos la relación con la comunidad, el fondo de lucha, las actividades sociales de confraternización y para elevar la moral de los huelguistas o despedidos, etc. Las comisiones de mujeres en las organizaciones de masas como en los conflictos obreros, son una poderosa herramienta de lucha contra la burocracia sindical, el corporativismo, la división de las filas obreras y una reserva moral contra el individualismo, el sálvese quien pueda, el aislamiento, etc. Las comisiones de mujeres, como otras instituciones que agrupen a sectores avanzados de masas o a la vanguardia de lucha, en determinados momentos de mayor radicalización de lucha de clases pueden cumplir un rol muy destacado en la refundación de un nuevo movimiento obrero que lleva años de pasividad impuesta por sus direcciones que permitieron que avancen la precarización, la fragmentación y el deterioro general de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
  •  Avanzar en la organización de centenares de nuevas compañeras en nuestras agrupaciones sindicales y estudiantiles (organizando comisiones con quienes tengan especial interés en pensar y proponer iniciativas políticas específicas con este perfil, para ampliar la agrupación) o Pan y Rosas.
  •  Incorporar las demandas más relevantes para las mujeres de cada sector, en el programa de las agrupaciones sindicales y estudiantiles, en el marco programático más general que incluye la separación de la Iglesia del Estado, medidas transicionales hacia la socialización del trabajo doméstico y de cuidados, reparto de las horas de trabajo, etc.
  •  Proponer perfiles “feministas socialistas” con candidatas trabajadoras y jóvenes, hacia la conformación de las listas para las elecciones nacionales, promoviendo el desarrollo de nuevas referentes públicas.
  • Andrea D’Atri

    Diputada porteña del PTS/Frente de Izquierda. Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. (…)

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